El alma de la ciudad

No me cabe duda. Las ciudades tienen alma. La gente es el alma de la ciudad. Esta es una metáfora claro. Pero el alma de ciudad crece y se nutre en un habitat. Un medio amplio y complejo de desarrollo. Cada calle, parque, señalización, zona de recreo, avenida, puente es parte de un espacio que debe nutrir el crecimiento y mejoramiento de la ciudad. Una ciudad para su gente. Además, una ciudad para el mundo,para sus visitantes. Para aquellos que en plan de negocios o descanso llegan a la urbe en busca de una experiencia. Por eso la ciudad debe ser cuidada cada día, con esmero y dedicación. El alma de la ciudad, no sólo la habita, la hace y es responsable de su cuidado. El alma de la ciudad es un colectivo que se autodirige y que requiere estar sana. Una ciudad sana es aquella que cuenta los servicios de salud adecuados, con los espacio s e infraestructura necesarios, con las posibilidades de empleo y empresarismo, con la proyeccion internacional que atraiga inversión y recursos, con la seguridad que cobije a todos, con la educación que los forme, con la equidad e inclusión que reúna y proteja, con el sueño de intacto de seguir el sueño de una vida cada vez mejor.